tag:blogger.com,1999:blog-75524921564033991792024-03-13T13:51:03.815-07:00Álvaro Ganuza EscritorAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/01341359298686067830noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-7552492156403399179.post-29744498891462277372014-02-26T05:41:00.002-08:002014-02-26T06:23:03.173-08:00El Vals del placer<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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El Vals del placer</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu8wMCMURIFRDc-UKl0j_lqTSdCkhH_glRI085rNPmipDVIxbWpxZe7Dv8e-Yj8E2V7GjzVkBe3y5aExBSIbR99aPZ2TrTQOO0ZXwcHR6ac6avuGbzty8jDQ2egZPwiIOiQ1kJQtLhtiY/s1600/el+vals+del+placer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu8wMCMURIFRDc-UKl0j_lqTSdCkhH_glRI085rNPmipDVIxbWpxZe7Dv8e-Yj8E2V7GjzVkBe3y5aExBSIbR99aPZ2TrTQOO0ZXwcHR6ac6avuGbzty8jDQ2egZPwiIOiQ1kJQtLhtiY/s1600/el+vals+del+placer.jpg" /></a></div>
<br />
1<br />
Un fuerte portazo me despierta, es él, ya ha llegado a casa.<br />
Veloz me levanto de la cama y a oscuras voy en busca de mi<br />
hermano. Él aún es muy pequeño para saber lo que tiene que<br />
hacer cuando papá llega a casa. Corro hasta su cuarto y<br />
tapándole la boca con mi mano me lo llevo al minúsculo<br />
armario botellero que hay en el pasillo de nuestras<br />
habitaciones. Siempre está cerrado con llave pero desde hace<br />
poco descubrí dónde la guarda “el monstruo”. Levanto como<br />
puedo el gran jarrón que hay sobre el armario botellero ya<br />
que a mis 9 años aún no tengo mucha fuerza, cojo la llave que<br />
se encuentra debajo y rápidamente abro el armario. Gracias a<br />
que “el monstruo” bebe mucho, el pequeño armario está casi<br />
vacío y Drew entra fácilmente.<br />
-No te muevas, no salgas, no llores, no grites... yo volveré a<br />
buscarte.- le digo.<br />
Sus pequeños ojos miel están aterrorizados cuando cierro<br />
la puerta del armario. Corro de nuevo a mi cama justo en el<br />
momento en que “el monstruo” llega al segundo piso donde<br />
están nuestras habitaciones. Me meto en la cama y espero a<br />
que él llegue, como casi todas las noches. Oigo los pasos que<br />
se van acercando, despacio, crujiendo la madera del suelo<br />
bajo sus botas. Empiezo a temblar y cerrando los ojos me<br />
cubro aún más con la sábana y la manta. La puerta chirría, es<br />
la señal de que en tres pasos me sacará de la cama con ira y<br />
odio. Tengo miedo... pero no por mí, yo ya estoy<br />
acostumbrado... es por mamá, sé que después de que caliente<br />
conmigo irá a su habitación. Odio escuchar gritar a mamá... y<br />
llorar... ella es muy buena...<br />
-No te escondas maldita rata.- me descubre de la cama.<br />
Y cogiéndome de un brazo y una pierna me arroja con<br />
fuerza al suelo.<br />
¡Ah! Me despierto nervioso con el pulso acelerado,<br />
1<br />
<br />
tembloroso, empapado en sudor, sintiendo asfixia y con las<br />
mejillas húmedas. Salgo de la cama y corro hacia la ventana,<br />
desesperado por sentir aire... oxígeno.<br />
Vestido con un pantalón de pijama, camiseta y descalzo<br />
salgo al balcón de mi habitación, ansioso por inhalar el aire<br />
puro de la noche de Beberly Hills.<br />
Inspiro y expiro... inspiro y expiro tranquilizándome. Cubro<br />
mi cara con las manos y apoyado en el gran ventanal, me<br />
deslizo hasta quedar sentado en el suelo del balcón... ese<br />
balcón del tercer piso de mi chalet al que no salía desde hacía<br />
días. Las pesadillas han vuelto.<br />
He pasado media hora sentado en la soledad y me levanto<br />
para hacer lo único que realmente me calma en esta situación.<br />
Bajo a la planta baja, cojo el teléfono y me siento en el sofá<br />
con las piernas recogidas.<br />
-Hola Drew.- susurro cuando me contesta.<br />
Mi hermano pequeño, dos años menor, se encuentra en el<br />
estado Nueva York terminando el último curso de Ingeniería<br />
en la Universidad de Cornell.<br />
-Siento haberte despertado.- me disculpo.<br />
-Tranquilo, estaba a punto de levantarme. ¿Qué haces<br />
despierto a esas horas?<br />
Son las cinco de la madrugada en Los Ángeles.<br />
-Lo de siempre...<br />
-¿Han vuelto las pesadillas?- pregunta dando en el clavo.<br />
-Sí.- le respondo tras un gran suspiro.<br />
-Bueno calmate... estoy bien... tú estás bien.<br />
Escuchar a mi hermano me tranquiliza y relajando la cabeza<br />
en el sofá me paso la mano por el pelo.<br />
-Tengo que vestirme para ir a la Universidad ¿estás mejor?<br />
-Sí, joder siento llamarte cada vez que... pero es que me<br />
calmas.- le digo.<br />
-Lo sé Troy, no tienes que disculparte... te debo muchas<br />
cosas.<br />
-No me debes nada, eres mi hermano. Ahora te dejo con tus<br />
2<br />
<br />
<br />
cosas, hablamos después.<br />
-Vale.- me dice él.<br />
-Estoy deseando verte en la graduación.<br />
-Y yo hermano, ahora duerme que aún es la madrugada allí.<br />
-Hasta luego.- me despido.<br />
-Hasta luego.<br />
Tras colgar continúo sentado en el sofá observando el salón.<br />
Miro las grandes estanterías llenas de libros, la chimenea de<br />
gas apagada que tengo enfrente con la televisión de plasma<br />
colgada encima, los cuadros abstractos que compré hace años<br />
y que me recuerdan a mi infancia, los dos grandes sofás de piel<br />
marrón que forman una U junto al que yo estoy sentado, la<br />
alfombra negra de pelo lanado y la mesa de té que hay en el<br />
centro de cristal opaco. A mi izquierda las grandes puertas<br />
correderas de cristal que dan al jardín, con las cortinas<br />
corridas. A mi derecha, junto a la pared, una modesta mesa<br />
comedor con seis sillas alrededor y otro amplio ventanal que<br />
da a la parte delantera del chalet.<br />
Mi ligue de esta noche me sorprende por la espalda<br />
cortando mis pensamientos y posa sus manos sobre mis<br />
hombros para después deslizarlas por mi torso.<br />
-¡Umm! Me has dejado sola en la cama.- me susurra al oído.<br />
-Ya te dije que solo te traía a echar un polvo, no sé qué<br />
haces aún aquí.- digo sin mirarla.<br />
-Podrían ser dos.- continúa con sus tocamientos.<br />
Me giro para colocarme de rodillas sobre el sofá y<br />
apoyarme en el respaldo para observarla. Tan solo viste la<br />
camisa con la que he salido esta noche, su larga melena rubia<br />
le llega hasta los pechos y con su sonrisa pícara me guiña un<br />
ojo. Se acerca de nuevo para posar sus finos labios en los míos<br />
pero a escasos centímetros la detengo posando mi mano bajo<br />
su cuello.<br />
-Nunca repito.- le digo mirándola a los ojos.<br />
-¿Por qué?- me susurra ansiosa.<br />
-No quiero que piensen que puede haber algo más.<br />
3<br />
<br />
<br />
Ella sonríe incrédula e intenta de nuevo besarme pero<br />
vuelvo a apartarme negando con la cabeza muy despacio.<br />
-Vete.<br />
-Eres un gilipollas.- espeta, gira sobre sus talones y vuelve a<br />
subir por las escaleras.<br />
-Lo sé.<br />
En pocos minutos vuelve a bajar con su vestido negro<br />
ceñido y muy escotado tanto por delante como por detrás, muy<br />
corto, sus tacones de 20 centímetros y un<br />
minúsculo bolso en el que apenas cabe nada. Un look al que<br />
yo denomino “buscona nocturna” ya que lo único que les<br />
interesa es pillar a un tío que les pague todo. Y tras una breve<br />
parada en la que gira sobre sus pies insinuando “ya sabes lo<br />
que te pierdes” se encamina por el pasillo hasta la salida.<br />
En cuanto cierra la puerta yo me subo a dar una ducha<br />
relajante, no voy a volver a dormir y después debo visitar mi<br />
viñedo.<br />
Bajo la templada agua de la ducha termino por relajarme e<br />
imaginar que la pesadilla al igual que el agua, se va por el<br />
desagüe. Salgo y tras envolver la toalla alrededor de mi cintura<br />
me apoyo en el mármol blanco del lavabo observando en el<br />
espejo las mellas que una noche ajetreada hace en mi rostro.<br />
Las recogidas pupilas dejan ver perfectamente el claro<br />
marrón miel del iris y debo cortarme el pelo que ya me cubre<br />
la frente y las orejas parcialmente. Con el pelo así húmedo y<br />
revuelto recuerdo al niño moreno que un día fui y en como “el<br />
monstruo” lo introducía agarrado por el pescuezo bajo la<br />
ducha en agua gélida.<br />
Agito la cabeza para olvidar y desconectar de ese recuerdo,<br />
me seco y del armario vestidor cojo la ropa que hoy llevaré,<br />
chaqueta y pantalón gris claro, camisa negra y la corbata a<br />
juego con el traje. A pesar de ser tan joven, 24 años, jamás me<br />
he visto como tal, “el monstruo” me hizo madurar a pasos<br />
agigantados.<br />
Vestido, peinado y engominado me miro por última vez en<br />
4<br />
<br />
<br />
el espejo de cuerpo entero que hay en una esquina de la<br />
habitación.<br />
-Y éste es el nuevo “Empresario del Año” que hoy saldrá en<br />
la portada de “New Ventures” una de las revistas más<br />
prestigiosas del país.- me digo en alto.<br />
Bajo a la cocina para desayunar y tras cruzar la puerta<br />
blanca de vaivén, Claus y Gilly, el matrimonio que trabaja<br />
para mi al cuidado de la casa y en parte en el mío, me reciben<br />
sonrientes y pletóricos.<br />
-Buenos días.- me saludan.<br />
-Buenos días.<br />
Me acomodo en la mesa y leo a grandes titulares la prensa<br />
de hoy, prensa que Claus se encarga de comprar todas las<br />
mañanas.<br />
-Aquí tienes Troy.- me dice Claus sirviéndome el desayuno.<br />
-Gracias.<br />
Gilly se acerca con una revista en su regazo.<br />
-Felicidades.- dice sonriente.- Sales guapísimo.<br />
Me entrega la revista y ahí estoy yo en la portada, con uno<br />
de los trajes más caros que tengo, un Brioni de 6.000$. Los<br />
brazos cruzados, una mirada penetrante y sobre mi cabeza una<br />
corona que la fotógrafa del artículo quiso que me pusiera. El<br />
titular está en letras grandes e intensamente doradas para<br />
llamar la atención.<br />
“TROY BENSON, EMPRESARIO DEL AÑO Y REY<br />
MIDAS DE LOS NEGOCIOS”<br />
-¡Dios! Voy a parecer un egocéntrico creído.- les digo.<br />
-Para nada, estás guapísimo.- me dice Gilly acariciándome<br />
la mejilla.<br />
Mientras bebo el recién exprimido zumo de naranja, leo el<br />
artículo. Recuerdo el día que me llamaron para avisarme del<br />
nombramiento, un consejo formado por importantes<br />
empresarios habían decidido darme la condecoración. Fue la<br />
5<br />
<br />
<br />
semana pasada. Al día siguiente de la llamada, la revista envió<br />
una redactora, una fotógrafa, un par de maquilladoras-estilistas<br />
y un técnico en iluminación a una de las suites de mi hotel de<br />
5 estrellas de la ciudad. Sonrío al recordar también que días<br />
después me tiré a la redactora... y a la fotógrafa también.<br />
Viendo el resultado debieron quedar muy satisfechas.<br />
-Mi favorita es la foto de la azotea.- dice Gilly sonriente.<br />
En esa foto salgo sentado en un sillón de terciopelo blanco<br />
con un respaldo excesivamente alto donde mi traje negro y mi<br />
pelo engominado resaltan bajo la cálida luz del sol. La<br />
perspectiva que tomó la fotógrafa hace que la ciudad parezca<br />
que está bajo mis pies.<br />
-Cierto Gilly, la fotógrafa sabía lo que se hacía.- le<br />
respondo.<br />
¡Y con un buen polvo se lo pagué! Pienso para mis adentros.<br />
Cierro la revista ojeando una vez más la portada y termino<br />
el desayuno: revuelto de claras de huevo y beicon, tortitas con<br />
chocolate y café con leche.<br />
-Fred ya ha llegado.- me dice Claus colgando el teléfono.<br />
-Gracias. Hoy volveré tarde. El desayuno tan bueno como<br />
siempre Gilly.- le digo dándole un beso en la mejilla.<br />
De camino hacia el coche pienso en lo bien que me tratan<br />
Claus y Gilly, un matrimonio de 60 años que llevan unos 40<br />
felizmente casados. Soy como un hijo para ellos y es de<br />
agradecer ya que ellos no tienen ninguno. ¿Será por eso que<br />
son felices? La expresión de ambos es siempre risueña, sus<br />
pequeñas arrugas del rostro demuestran que siempre han<br />
sonreído, en todas las etapas de su vida y a pesar de que el<br />
cabello blanco empieza a escasear en Claus y la melena<br />
morena de Gilly que siempre lleva recogida en moño se<br />
empieza a canear, los dos parecen más jóvenes de lo que son.<br />
Con la bandolera cruzada por el pecho salgo del chalet, bajo<br />
hasta la verja metálica y abro la puerta da a la calle.<br />
-¡Pero ésto qué es!- me digo deteniéndome en el acto.<br />
Una gran nube de fotógrafos bloquea mi camino hacia Fred<br />
6<br />
<br />
LS color berenjena. Con un gesto rápido, saco las gafas de sol<br />
de aviador plateadas de la bandolera y me las coloco para<br />
evitar ser cegado por el innumerable aluvión de flashes.<br />
Ignorando sus preguntas camino en dirección a Fred.<br />
“¡Señor Benson... aquí por favor! ¡Señor Benson...! ¿Señor<br />
Benson que se siente al ser uno de los empresarios más<br />
influyentes de la costa oeste? ¿Señor Benson está feliz con su<br />
nombramiento? ¿Señor Benson es cierto lo que han escrito<br />
sobre usted en la revista “Al Descubierto”?...”<br />
Los reporteros intentan llamar mi atención con un<br />
bombardeo de preguntas pero haciendo caso omiso llego al<br />
coche y entro, Fred cierra tras de mí y solicita a la prensa que<br />
se retire. Gracias a dios que las lunas traseras del coche están<br />
tintadas.<br />
Fred monta al volante.<br />
-¿Pero qué está pasando aquí?- le pregunto guardando de<br />
nuevo las gafas.<br />
-Lo siento Señor, surgieron de la nada.<br />
-Es que no entiendo que hacen aquí. ¿Porque soy<br />
empresario del año?<br />
-Me temo que no solo por eso Señor Benson.<br />
Fred se gira entregándome una revista que lleva en el<br />
asiento de copiloto. Al cogerla, arranca y partimos hacia el<br />
viñedo. Ojeo por encima la portada, es la revista “Al<br />
Descubierto” por la que los reporteros me han preguntado.<br />
Aparezco en un recuadro de la portada, vestido casual saliendo<br />
de un “Starbucks”, el pie de la foto dice...<br />
“El guaperas Troy Benson ¿Empresario del Año?”<br />
-Prensa sensacionalista.- digo en voz alta.<br />
-Así es Señor, debería leer lo que dicen.- me aconseja.<br />
7<br />
<br />
<br />
Busco la página donde sale el artículo que han escrito sobre<br />
mí y los ojos como platos al ver la gran cantidad de fotos que<br />
me hicieron al entrar y salir del café, dirigiéndome a mi coche,<br />
montándome, arrancando y saliendo.<br />
“Éste es Troy Benson para aquellos que no lo conozcan<br />
y lo acaban de nombrar Empresario del Año. ¿Por qué a él?<br />
Os preguntareis, pues bien, aquí os resumimos por encima lo<br />
que en próximas ediciones explicaremos con todo detalle.<br />
El joven y guapo playboy californiano al que apodan<br />
Rey Midas es uno de los empresarios ¡más prometedores de<br />
la Costa Oeste! a pesar de su corta edad. Según informes,<br />
triplica su gran capital en cada semestre.<br />
Hay rumores, que aún están por confirmar, que dicen<br />
que proviene de una rica y acaudalada familia<br />
estadounidense. Su hermano Drew Benson, otro joven<br />
prometedor, estudia Ingeniería en Nueva York.<br />
Un chico con un gran coeficiente intelectual y que en su<br />
juventud saltó varios cursos de golpe. Graduado por la<br />
prestigiosa Universidad de Stanford en Empresariales y uno<br />
de los pocos, que mientras estudiaba ya constaba con alguna<br />
que otra empresa bajo su cargo.<br />
Otros rumores, esta vez de faldas, cuentan que tuvo un<br />
pequeño affaire con ¡¡Paris Hilton!! y que tras ella hay una<br />
gran lista de chicas anónimas y no tan anónimas. Si se lo<br />
cruzan en un bar, hay un elevado porcentaje de que terminen<br />
en su cama.<br />
Apuesto, egocéntrico, pretencioso, altanero y poseedor<br />
de una de las fortunas más ostentosas del país... éste es el<br />
nuevo Empresario del Año. L. Brooks”<br />
8<br />
<br />
-¡¿Que tuve un affaire con Paris Hilton?!- exclamo riendo<br />
sin dar crédito.<br />
-Ya lo leí Señor.<br />
-Vamos a hacer un parada antes de ir al viñedo.- le digo.<br />
-Sí Señor ¿dónde vamos?<br />
-A la revista “Al Descubierto” quiero hacer una visita al<br />
Señor L. Brooks.<br />
Fred me mira por el retrovisor y afirma. En la intersección<br />
más cercana gira a la izquierda.<br />
Alfred Masser, alias Fred, es mi chófer habitual. Lo conocí<br />
como aparcacoches de mi hotel de Los Ángeles. Rubio de<br />
rasgos sureños, 4 años mayor que yo y con una gran percha<br />
física. Me asombró y lo sigue haciendo lo organizado que es y<br />
cómo se adelanta a cualquier acontecimiento. Siempre está en<br />
el momento indicado y para todo lo que se le necesita.<br />
-¿Sabes dónde se encuentra esta revista?- le pregunto al ver<br />
que no duda en tomar las direcciones.<br />
-Sí Señor, también debe saber que es una revista de tirada<br />
nacional.<br />
¡Genial! Pienso irónicamente, deberé llamar a Drew para<br />
que no le pille todo esto de imprevisto.<br />
-¿Sabías que te diría de ir?- le pregunto.<br />
-Cabía la posibilidad Señor.- contesta sonriente.<br />
Deteniéndose en el arcén de un pequeño edificio de ocho<br />
plantas, acciona las luces de emergencia y veloz se baja para<br />
abrirme la puerta. Con paso decidido entro en el bloque con la<br />
revista enrollada bajo el brazo, detrás mía viene él.<br />
El edificio dispone de un control de seguridad al que ignoro<br />
completamente y paso de largo, los guardias de seguridad<br />
salen del mostrador para interceptarme pero Fred los bloquea<br />
alzando las manos y deteniéndolos. Al acercarme al ascensor<br />
observo el letrero donde se especifica las oficinas que hay en<br />
cada planta. “Al Descubierto” planta 8.<br />
-¡Disculpe Señor pero no puede subir sin identificarse en la<br />
entrada!- grita uno de los de seguridad intentando apartar a<br />
9<br />
<br />
Fred de en medio.<br />
-¿Es que acaso no sabe quién es?- le responde mi chófer.<br />
Las puertas del ascensor se abren y entro en el interior, Fred<br />
viene conmigo.<br />
-Planta 8.- le digo sin dejar de mirar a la seguridad del<br />
bloque.<br />
-¡Llama a la policía!- veo como le dice uno al otro.<br />
Llegamos a la octava planta y salimos a un pequeño rellano.<br />
La entrada está a la izquierda tras dos puertas de cristal<br />
semitransparente. Fred se adelanta para abrirme una de ellas y<br />
al entrar me topo con la recepción.<br />
Tras el blanco mostrador hay una joven rubia bastante<br />
atractiva cargada de papeles y que al verme se le caen por la<br />
mesa. Me mira estupefacta cuando me acerco.<br />
-Quiero hablar con el Señor Brooks.- le digo.<br />
-¿El Señor Brooks?- pregunta perpleja.<br />
-Sí, sobre este artículo que ha escrito sobre mí.- le digo<br />
mostrando la revista.<br />
Comienza a buscar sonriente el teléfono que se encuentra<br />
sepultado bajo la gran cantidad de papeles que se le han caído<br />
y una vez en sus manos, teclea un número.<br />
-¿Estás libre?... Alguien quiere hablar contigo sobre un<br />
artículo que escribiste y que se ha publicado hoy... Se trata del<br />
Señor Benson... Sí, el mismo... Te lo digo muy enserio... Vale.-<br />
dice la recepcionista mientras me mira de arriba a bajo.<br />
La joven cuelga el teléfono y sale de detrás del mostrador<br />
con una amplia sonrisa en la que se aprecian todas sus piezas<br />
dentales.<br />
-Por aquí por favor.- me dice para que la siga.<br />
-Esperame, no tardaré.- le digo a Fred.<br />
-Sí Señor.<br />
Sigo a la recepcionista que viste un ceñido vestido blanco y<br />
mientras cruzamos la oficina, todos los reporteros que trabajan<br />
allí me observan incrédulos. Un fuerte aroma a café alberga<br />
toda la oficina. Me lleva hasta la puerta de un despacho donde<br />
10<br />
<br />
en un pequeño cartel rojo se lee “L. Brooks”, llama y abriendo<br />
la puerta me hace pasar.<br />
El despacho es minúsculo con una pequeña ventana que da<br />
a un callejón, paredes de pladur marrones, una estantería con<br />
algún que otro libro, el escritorio con un ordenador, numerosas<br />
carpetas de colores apiladas y un par de cuadros con la primera<br />
y segunda portada de la revista que fechan de varios años<br />
atrás. Tras el escritorio una joven, más o menos de mi edad<br />
calculo yo, aguarda de pie. Al verla, mi corazón da una fuerte<br />
sacudida.<br />
¡Joder! De larga melena morena que recoge en moño<br />
atravesado por un lápiz, viste unos ajustados vaqueros y bajo<br />
su camisa de cuadros roja y marrón, la cual lleva los botones<br />
de arriba sueltos, se ve una ajustada camiseta blanca de<br />
tirantes. Ojos color avellana que destellan al verme y unos<br />
perfectos labios que se curvan en sonrisa enseñando<br />
parcialmente sus blancos dientes.<br />
Me impacta ver que no es un hombre como esperaba y que<br />
es tremendamente atractiva.<br />
-Laura Brooks, encantada de conocerle.- me saluda cortés<br />
estirando la mano.<br />
-Troy Benson.- se la estrecho.<br />
Su mano es muy suave y casi no puedo soltarla. ¡Joder!<br />
¿Qué me pasa? Vale, yo me esperaba a un tío y me encuentro<br />
con un bellezón pero sigo igual de cabreado por las<br />
gilipolleces que ha escrito sobre mí.<br />
-Siéntese por favor. Asique quiere hablar del artículo.- dice<br />
acomodándose en su acolchada silla negra.<br />
-Exacto.- le digo sentándome.- Me gustaría saber de donde<br />
ha sacado esa información que ha publicado.<br />
La Señorita Brooks sonríe y entrelaza las manos sobre su<br />
regazo.<br />
-Eso es confidencial Señor Benson, lo lamento... si ha<br />
venido por eso pierde su valioso tiempo.<br />
-¿Cuánto lleva trabajando aquí? Parece muy joven.<br />
11<br />
<br />
-No mucho.- contesta pero sin detallar.<br />
-Debe ser muy buena en lo que hace para tener despacho<br />
propio.<br />
-Lo soy, me he esforzado mucho para lograrlo.<br />
La miro a los ojos y presiento que por mucho que lo intente,<br />
voy a seguir topándome contra un muro y no conseguiré<br />
sonsacarle su fuente.<br />
-Bien, no dispongo de mucho tiempo...- digo mirando el<br />
Rolex Submariner de acero con disco Cerachrom verde jade<br />
que mi hermano me ha regalado en este pasado cumpleaños.-<br />
Lo que ha escrito en su artículo es una falsedad aparte de<br />
injurioso por los apelativos que aplica a mi persona sin<br />
conocerme, si realmente aprecia su trabajo y esta revista, más<br />
vale que en el próximo número rectifique y no escriba más<br />
sobre mí o mi ejercito de abogados la mantendrá ocupada<br />
durante muchos... muchos... años.<br />
-¿Me está amenazando Señor Benson?- dice apoyándose en<br />
el escritorio.<br />
-De ninguna de las maneras, tan solo le aviso Señorita<br />
Brooks.<br />
-Buenos días.- me despide cabreada alzándose con las<br />
manos apoyadas sobre la mesa.<br />
-Buenos días.- le respondo ajustándome la corbata.<br />
Salgo del despacho y regreso a la recepción donde Fred se<br />
encuentra hablando con un par de agentes de policía.<br />
-¿Qué ocurre Fred?<br />
-La seguridad del bloque los llamó pero ya está todo<br />
aclarado Señor.- me dice.<br />
-¿Entonces podemos irnos?<br />
-Sí Señor.<br />
Los agentes nos dejan paso sin apartar la vista de mí. ¡Sí,<br />
soy yo chicos!<br />
-¡Adiós Señor Benson!- grita la recepcionista cuando salgo<br />
de la oficina.<br />
Entramos en el ascensor y las puertas no tardan en cerrarse.<br />
12<br />
<br />
<br />
-L. Brooks es una chica.- comento a Fred mirándole de<br />
reojo.<br />
-Vaya.- dice sorprendido.<br />
-Y es... muy sexy.- le digo con gran intensidad lo que le<br />
hace sonreír.<br />
Mientras bajamos recuerdo esos escasos minutos que he<br />
pasado frente a Laura Brooks, en lo excitante que es su suave<br />
tono de voz, en lo bien que le queda ese lápiz atravesado en su<br />
pelo, en como me gustaría soltárselo...<br />
El ascensor llega a la planta baja y salimos del edificio bajo<br />
la atenta y enojada mirada de los guardias de seguridad. Al<br />
montar en el coche, suena mi móvil.<br />
-Hola Jack, he tenido que hacer una breve parada pero voy<br />
para allá.<br />
Jack Rice es el que controla toda la finca, tanto el viñedo<br />
como la bodega. Confío en él plenamente porque sabe lo que<br />
se hace, entiende la elaboración del vino, le apasiona, yo en<br />
cambio controlo muy poco del tema a pesar de que mi abuelo<br />
materno disponía de un gran viñedo en Oregón con su perfecta<br />
bodega y ese vino... era un manjar y por ello estaba tan<br />
solicitado. Si por algo decidí comprar este viñedo fue por mi<br />
abuelo y gracias a él. Los pocos recuerdos buenos que tengo<br />
de niño son la mayoría con mi abuelo en esos terrenos. Le<br />
apasionaba realmente el vino, las catas y degustaciones, que<br />
las instalaciones fueran perfectas para que el vino fuese<br />
excelente, que la uva fuese de la mejor calidad, el<br />
embotellamiento, el tipo de corcho para las botellas, el<br />
etiquetado... Cuando me dieron la noticia de su fallecimiento,<br />
dejé de ir al viñedo.<br />
El coche se detiene haciéndome un gran favor ya que me<br />
corta de los recuerdos de mi infancia, recuerdos felices que<br />
ahora con el paso del tiempo duelen como cuchillos<br />
atravesando mi piel. Fred baja la ventanilla del coche y teclea<br />
el número en el panel para abrir la verja de la finca. Una vez<br />
13<br />
<br />
abierta entramos y nos dirigimos a la bodega, allí en el exterior<br />
aguarda Jack. Viste un traje azul marino sin corbata y camisa<br />
blanca. Se me hace raro verlo elegante pero es porque hoy<br />
vamos a hacer una cata de un nuevo vino espumoso que<br />
queremos sacar al mercado en breve. Jack está tremendamente<br />
nervioso y se pasa las manos constantemente por su pelo corto<br />
castaño. Sus ojos negros transmiten ilusión y eso me contagia<br />
a mi también.<br />
Los tipos de cepas que tenemos en el viñedo son<br />
Chardonnay y Cabernet Sauvignon, dos tipos de uvas<br />
excelentes que nos dan unos vinos de gran categoría pero para<br />
realizar el espumoso necesitamos uva Pinot Noir y gracias a<br />
Jack hemos conseguido surtirnos a un coste ínfimo, casi<br />
regaladas.<br />
Jack me recibe con los brazos abiertos, ha llegado el día que<br />
tanto esperábamos. Antes de entrar a la bodega inspiro fuerte<br />
el embriagador aroma a tierra, madera y uva... el aroma a<br />
vino... el aroma que me recuerda a mi abuelo.<br />
-Vamos, nos están esperando.- me dice Jack.<br />
-Fred, ven con nosotros.- le digo sorprendiéndolo.<br />
Entramos en el edificio que al comprar la finca mandé<br />
reformar de una forma no muy agresiva, quería que<br />
mantuviese su aspecto antiguo, su identidad como bodega y en<br />
lo alto y clavado en la pared el letrero “Bodega Hermanos<br />
Benson”. La llamé así porque a pesar de que a mi hermano no<br />
le motiva el sector del vino y que yo sea el dueño de todo esto,<br />
él es mi única familia y tiene derecho a todo lo mío, aunque él<br />
no quiera o no lo necesite.<br />
Subimos directamente a la planta de arriba donde nos<br />
esperan los posibles compradores del nuevo vino espumoso,<br />
Jack sabe que mi sola presencia ya es favorable. Va a resultar<br />
que sí soy influyente.<br />
Al entrar a la sala de reuniones nuestros invitados se giran<br />
para recibirnos, acompañados por la dulce ayudante de Jack,<br />
14<br />
<br />
<br />
Tania. Una chica joven algo interesada, de melena pelirroja y<br />
ojos claros, con la que también he compartido una noche de<br />
intimidad.<br />
-¡Troy!<br />
-Señor Meyer. ¿Cómo está?- digo estrechándole la mano<br />
efusivamente.<br />
-Ansioso por probar tu nuevo vino pero antes de nada,<br />
felicidades por el nombramiento como Empresario del Año.-<br />
me dice golpeándome el hombro.<br />
-Muchas gracias, la verdad no me lo esperaba.<br />
Jack también me da palmadas en la espalda sonriente.<br />
-¿Qué tal le va a John?- le pregunto.<br />
John es el hijo mediano del Señor Meyer, estudió conmigo<br />
en Stanford y es un joven muy aplicado que promete llegar<br />
lejos como su padre en los negocios.<br />
-Que puedo decirte... se ha echado novia y lo trae por el<br />
camino de la amargura pero bueno... ahí sigue en la empresa<br />
conmigo. Quería venir pero había discutido con la novia y no<br />
podía quedarse así durante los tres días que vamos a estar por<br />
aquí. Hace poco me ha llamado para que te de recuerdos y<br />
felicitaciones.<br />
-Dale recuerdos de mi parte también y por lo de la novia...<br />
ya conoces el dicho “Tiran más dos tetas que dos carretas”.- le<br />
contesto riendo.<br />
-¡Qué razón tienes! ¿Tú no tienes ninguna chica que te<br />
maneje a su antojo?<br />
-Nada serio, nada serio.- le digo negando con la cabeza.<br />
Después de la breve charla con el Señor Meyer, el cual me<br />
trata como a un hijo, saludo a sus dos acompañantes. Thomas<br />
y William, dos jóvenes uno o dos años menores que yo,<br />
trajeados y con pinta de tiburones empresariales. Apuesto que<br />
estos me van a dar guerra en la negociación pero si por algo<br />
tengo el patrimonio que tengo es porque soy duro de roer.<br />
-¿Nos sentamos?- dice Jack.<br />
Me siento en el centro de la mesa de pino ovalada con Jack<br />
15<br />
<br />
y Fred a izquierda y derecha. Frente a mí el Señor Meyer entre<br />
sus acompañantes. Jack hace un gesto a Tania y ésta sale de la<br />
sala para regresar en minutos con una bandeja en la que lleva<br />
una botella del vino espumoso y siete copas. Las deja en la<br />
mesa y Jack me pasa la botella para que haga los honores de<br />
descorcharla mientras el reparte las copas. Observo la botella,<br />
por fin ha llegado el día y espero que sea delicioso, las últimas<br />
catas fueron buenas. La etiqueta, al igual que en el resto de<br />
vinos, consta de una foto del viñedo con la bodega de fondo en<br />
pleno amanecer y las letras en bronce “ Bodega Hermanos<br />
Benson” y debajo “Vino Espumoso”. Quito el aluminio del<br />
corcho...<br />
-¡Por un nuevo triunfo!- alzo la voz descorchando la botella.<br />
Vierto el vino en las copas, en las siete ya que Tania<br />
también merece probarlo y tras brindar con el Señor Meyer, lo<br />
catamos.<br />
El sabor es suave y entre el burbujeo y el frescor queda un<br />
gusto exquisito, después del primer sorbo es imposible no dar<br />
un segundo. El Señor Meyer no dice nada, tan solo bebe y<br />
mira de vez en cuando a sus acompañantes.<br />
-Cerremos los acuerdos porque ya tenéis comprador.- me<br />
dice al cabo de un rato sonriente.<br />
El Señor Meyer posee una de las empresas de distribución<br />
nacional más importantes del país. Todo el mundo intenta<br />
hacer negocio con él a sabiendas de que si tienes un buen<br />
producto y a él le gusta, el negocio será muy rentable y no es<br />
por presumir pero mis vinos... son exquisitos. El nuevo<br />
espumoso será la revelación del año.<br />
El padre del Señor Meyer hacía negocios con mi abuelo y él<br />
también tuvo la ocasión de conocerle ya que entró desde muy<br />
joven en la empresa. John y yo nos conocimos en Stanford y al<br />
hablar descubrimos que su padre y mi abuelo se conocían. Soy<br />
consciente de que si el Señor Meyer ha hecho negocios<br />
conmigo es porque aparte de que soy amigo de su hijo,<br />
conocía a mi abuelo pero también sé que antes que amigos<br />
16<br />
<br />
somos hombres de negocios.<br />
-Bueno antes de firmar nada tenemos un pequeño aperitivo<br />
en la sala contigua, si son tan amables de acompañar a Tania.-<br />
dice Jack educado.<br />
Mientras el Señor Meyer y sus acompañantes siguen a la<br />
secretaria a la sala 2 de reuniones, Jack me detiene para darme<br />
un fuerte abrazo de alegría.<br />
-Eres cojonudo Jack, está buenísimo y han alucinado.- le<br />
digo.<br />
-Ahora solo tienes que sacar el tiburón que llevas dentro<br />
para la negociación.<br />
Fred también nos felicita por la excelente calidad y los tres<br />
nos dirigimos al aperitivo que consta de productos españoles<br />
que la familia de Jack le manda de vez en cuando desde<br />
España. Jamón ibérico de pata negra, quesos variados y un<br />
gran surtido de embutidos. Todo esto acompañado por un par<br />
de botellas de nuestro vino tinto.<br />
Terminado el aperitivo, llevamos al Señor Meyer y sus<br />
acompañantes a la bodega para una visita rápida ya que no es<br />
la primera vez que el padre de John está aquí. Siempre le<br />
impresionan las instalaciones y me felicita varias veces.<br />
Tenemos la gran suerte que la bodega se mantiene y se mejora<br />
con sus propios beneficios aunque en caso de emergencia<br />
siempre disponemos de mi capital.<br />
De vuelta en la sala 1 de reuniones comenzamos a negociar<br />
el trato. Los ayudantes del Señor Meyer comienzan a activarse<br />
y sacar al tiburón que llevan dentro, si son dignos de<br />
acompañarle seguro que es porque son muy cabrones. Jack les<br />
entrega los informes de la bodega donde se especifica el nivel<br />
de producción que tenemos, el porcentaje de aprovechamiento<br />
de las cepas, unas gráficas que representan el ascenso de las<br />
ventas de nuestros vinos... Los dos se miran entre ellos y me<br />
hacen la primera oferta por el espumoso. Miro el papel que me<br />
hacen llegar y tras un vistazo rápido me niego a aceptar esas<br />
condiciones. Observo al Señor Meyer mientras devuelvo los<br />
17<br />
<br />
papeles a sus chicos y me sonríe transmitiéndome más<br />
confianza en mí mismo.<br />
-Señor Benson, esto es lo máximo que podemos pagarle por<br />
botella, son un viñedo pequeño que aún está por expandir.-<br />
dice Thomas pasándome una nueva oferta.<br />
¿Pequeño? ¡Tengo doscientas hectáreas de terreno y otras<br />
cincuenta por adquirir! Me siento abofeteado pero cojo los<br />
papeles para revisar la nueva oferta.<br />
-Lo siento pero mi respuesta sigue siendo negativa.- le digo.<br />
-Señor Benson, debe entender que “Meyer Distributions”<br />
es una empresa nacional y su viñedo es bastante pequeño<br />
como para salir del mercado californiano o como mucho del<br />
de la costa oeste. El 80% en aprovechamiento de la uva es<br />
algo... sorprendente por no decir sospechoso.- comenta<br />
William.<br />
-¡¿Sospechoso?!- exclamo perplejo.<br />
-Francamente sí Señor Benson, la mayoría de las bodegas<br />
logran un 70 o 75% y eso es un porcentaje muy elevado. El<br />
baremo está entre el 60 y 70% del terreno pero eso teniendo en<br />
cuenta los posibles problemas que los viñedos suelen tener.-<br />
continúa William.<br />
-Lo único que queremos que entienda es que la empresa es<br />
muy importante como para que nos quedemos sin su producto<br />
por algún tipo de percance como una plaga, unas malas<br />
condiciones atmosféricas o algo por el estilo. Todo eso deben<br />
tenerlo en cuenta a la hora de calcular el porcentaje de<br />
aprovechamiento de las cepas.- añade Thomas.<br />
Rabioso de que estos dos pelotas intenten impresionar al<br />
Señor Meyer, exploto.<br />
-Compré esta bodega con 17 años, con 18 mi vino se vendía<br />
por toda la costa oeste y a los 19... vuestro jefe aquí presente,<br />
vino personalmente a hacer negocios conmigo... así que no<br />
William... no se te ocurra insinuar que os intento estafar<br />
porque no pienso consentirlo. ¿Habéis tenido algún problema<br />
con mis otros vinos?<br />
18<br />
<br />
-Ninguno Señor.- palidece William.<br />
-Está claro que solo veis un chaval de 24 años que ha<br />
debido tener un golpe de suerte y que gracias a la familia de la<br />
que proviene está donde está... Con esa mentalidad jamás<br />
seréis grandes empresarios y me complace deciros que me he<br />
dejado la piel en cada empresa que tengo a mi cargo, que no<br />
me interesa lo bueno sino que busco lo excepcional. Estos<br />
informes son correctos porque yo mismo me encargo de que<br />
así sean y si les parece poco que perdamos un 20% de nuestras<br />
uvas, les aviso que los 600 empleados que trabajan para mí<br />
aquí, están cada día más preparados para que ese porcentaje<br />
disminuya todavía más. Este viñedo está más que de sobra<br />
preparado para el mercado californiano, el de la costa oeste y<br />
el nacional... y voy a seguir dejándome piel y sangre, al igual<br />
que mis empleados, para salir en un futuro al mercado<br />
internacional.- me desahogo.<br />
Ambos me observan impactados y enmudecidos pero no son<br />
ellos con los que debo tratar por lo que dirijo mi mirada hacia<br />
el padre de John.<br />
-Usted y yo sabemos que nuestros vinos van a ser de los<br />
más solicitados en muy poco tiempo y que lo que le pedimos<br />
por botella es ridículo en comparación con lo que va a ganar.-<br />
digo arqueando una ceja.<br />
El Señor Meyer me observa con semblante serio sin apartar<br />
su mirada de la mía. En cierto modo impone, me recuerda a<br />
Marlon Brando en “El Padrino”. Su pelo moreno ya canoso<br />
repeinado hacia atrás, una papada cada vez más prominente,<br />
ojos negros como el carbón, su fino bigote... se reclina sobre la<br />
mesa sin cambiar la expresión.<br />
-Eres un verdadero hijo de perra en los negocios... pero<br />
estoy de acuerdo. No me sorprende en absoluto que te apoden<br />
“Rey Midas” y que todo lo que toques lo conviertas en oro...-<br />
dice sonriendo y estrechando mi mano.- Trato hecho, en dos<br />
semanas tendrás aquí los camiones.<br />
-De oro nos vamos a hacer usted y yo Señor Meyer.<br />
19<br />
<br />
negocios contigo, llámame si sacas nuevos productos.<br />
-Lo haré.- le digo sonriendo.- Tania, trae tres lotes de vino<br />
para los caballeros como regalo de la casa.<br />
-Ahora mismo Señor Benson.<br />
Los acompañamos hasta el coche, un Mercedes CL 65 AMG<br />
plateado, el lujo materializado, con 630 caballos nada más y<br />
nada menos. Thomas guarda el vino en el maletero y se monta<br />
de copiloto. El Señor Meyer antes de montar detrás se gira<br />
hacia mí.<br />
-Tienes dos buenos perros de presa.- le digo.<br />
-Sí pero los cambiaba por uno como tú. Tu abuelo estaría<br />
orgulloso de ti.<br />
-Gracias y tenéis a vuestra disposición el Hotel Benson L.A<br />
para estos días.<br />
-No esperaba menos de ti.- sonríe Meyer.<br />
Tras estrecharnos las manos efusivamente el Señor Meyer<br />
monta en el coche y salen de la finca. Sacó el móvil del<br />
bolsillo interno de la chaqueta y llamo a Mara, la imponente<br />
directora de mi hotel de Los Ángeles.<br />
-Dime Troy.- contesta al primer tono.<br />
-Mara, un cliente muy especial va a alojarse unos días allí.<br />
-De acuerdo, le reservo la suite imperial. ¿A qué nombre?<br />
-John Meyer, todo por cuenta de la casa, lo que pidan.<br />
-Muy bien Troy, sin problema.<br />
-Gracias, un día de estos pasate por la oficina y charlamos.<br />
-Sí, la próxima semana voy.- me dice.<br />
-Bien, ciao.- cuelgo.<br />
Me giro y observo que Jack está hablando con Fred y<br />
señalando las cepas, el entusiasmo que desprende es<br />
contagioso. Al mirarme sonríe a sabiendas que el trato que<br />
acabamos de hacer es sin duda mejor de lo que esperábamos.<br />
-Bueno pues nosotros nos vamos ya.- le digo a Jack cuando<br />
me acerco a ellos.<br />
-Voy a por el coche Señor.- me dice Fred dejándonos a<br />
20<br />
<br />
solas.<br />
Jack no deja de mirarme sorprendido.<br />
-¿Qué ocurre?- le pregunto intrigado.<br />
-Nada... es que por muy bien que te conozca siempre me<br />
sorprendes.<br />
-¿Lo dices por el contrato? Tú y yo sabemos que lo que dije<br />
es verdad y él sabe que si no me lo paga, habrá otro gustoso en<br />
hacerlo.<br />
-Les diste caña a Willy y Thomy.- dice sonriente.<br />
-Me fastidia que me traten como un chaval que no sabe de<br />
lo que habla ni lo que se hace.<br />
-Ahora ya sabrán el gran empresario que eres.- dice pasando<br />
su brazo por mi cuello.<br />
Jack me acompaña hasta el coche comentando y riendo<br />
sobre las caras que pusieron los acompañantes del Señor<br />
Meyer cuando me negué con esa generosa oferta para pedir<br />
más o cuando saqué mi tono amenazador sobre William.<br />
Hecha la despedida me acomodo en la parte trasera del<br />
coche.<br />
-¡Buf! Estoy agotado.<br />
-Si quiere puede dormirse Señor, le despertaré cuando<br />
lleguemos.<br />
-Gracias Fred pero no te preocupes, aguantaré.<br />
-Le pondré la radio Señor.<br />
Fred enciende la emisora y localiza una frecuencia<br />
exclusiva de canciones. Recuesto la cabeza en el asiento y al<br />
mirar a mi izquierda veo la revista “Al Descubierto” ahí tirada.<br />
La recojo y tras ver de nuevo mis fotos y el artículo, sonrío al<br />
recordar el encuentro con Laura Brooks... la excitante Señorita<br />
Brooks.<br />
-¡Hum! Apuesto, egocéntrico, pretencioso...- río.<br />
-¿Dice algo Señor?<br />
-No, nada, estaba leyendo en alto.- digo guardando la<br />
revista en la bandolera.<br />
-Seguro que la Señorita Brooks rectifica Señor.<br />
21<br />
<br />
-No sé, parece dura de pelar.<br />
Fred me mira por el retrovisor a sabiendas de que la chica<br />
ha causado un fuerte impacto en mí.<br />
Al llegar a casa veo que la prensa sigue esperando ahí.<br />
-¡¿Joder, es que no se van?!- exclamo.<br />
-Espere Señor que le abro la puerta.<br />
-No Fred, no te preocupes.<br />
-¿A que hora paso mañana a recogerle?<br />
-Mañana no creo que salga de casa y menos con estos aquí<br />
esperando.<br />
-Pero mañana tiene la gala de Empresario del Año, Señor.<br />
-¡Joder! Ya no me acordaba, creo que tengo que estar en el<br />
Ritz sobre las ocho de la tarde.<br />
-Perfecto Señor, le recojo a las siete y media, llamaré para<br />
que me abra la verja y así poder entrar con el coche hasta su<br />
casa y evitamos la prensa.<br />
-Gracias Fred.<br />
Bajo del coche y la multitud de periodistas comienzan a<br />
hacerme fotos una vez más y nuevas preguntas. Por suerte<br />
ahora estoy más preparado y los cruzo veloz empujando si<br />
hace falta. Abro la puerta de hierro y la cierro veloz tras de mí.<br />
Entro en casa. ¡Hogar, dulce hogar!<br />
-Querido ¿ya estás aquí?- dice Gilly al verme.- No hacen<br />
más que mencionarte por televisión.<br />
-Fuera hay un ejercito de periodistas.- le comentó tirándome<br />
en el sofá. ¡Oh!<br />
-Tienes mala cara ¿te encuentras bien?<br />
-Sí, solo estoy cansado porque pasé mala noche.<br />
-¿Otra vez pesadillas?- me pregunta preocupada.<br />
-Sí, no entiendo por qué vuelven, llevaba días durmiendo<br />
del tirón.<br />
-Has estado muy nervioso con lo del nuevo vino, puede que<br />
se deba a eso.<br />
-Cierto Gilly, puede que tengas razón.<br />
-Bien, ahora sube a ponerte ropa más cómoda y baja a cenar.<br />
22<br />
<br />
Desabrochándome la corbata hago lo que me dice. En mi<br />
habitación me quito la ropa y la dejo sobre la cama. Entro al<br />
baño y tras meter en el cubo de la ropa sucia el bóxer y los<br />
calcetines, entro a la ducha. Debo ir al quiropráctico la<br />
próxima semana ya que vuelvo a tener contracturas por todos<br />
lados, regalo que me ha dejado “el monstruo” de por vida.<br />
Bajo a la cocina mucho más relajado y cómodo, no hay<br />
nada como andar por casa con camiseta y pantalón de pijama.<br />
-Buenas noches Troy.- me saluda Claus.<br />
-Buenas noches.- contesto sentándome a la mesa.<br />
Claus y Gilly viven en la casa de invitados que hay pegada a<br />
mi casa y siempre comen o cenan después de mí y haberlo<br />
dejado todo recogido.<br />
Cuando tengo invitados o Drew viene a verme, en la<br />
segunda planta del chalet dispongo de cuatro habitaciones y<br />
dos baños.<br />
La tercera planta es exclusiva para mí, aparte de Gilly y<br />
Claus o mis ligues nocturnos, rara vez subo con alguien y se<br />
divide en tres estancias. Mi cuarto es la más grande ya que<br />
incorpora un amplio baño con ducha y jacuzzi y un gran<br />
armario vestidor, balcón de cinco metros cuadrados aparte. La<br />
siguiente es una zona de ocio, con un amplio sofá negro frente<br />
a un televisor de plasma de sesenta pulgadas, una pequeña<br />
licorería en un rincón y en el otro extremo dos guitarras, una<br />
española y otra eléctrica junto con su bafle y un modesto<br />
órgano con una silla. La última estancia es la más pequeña, un<br />
despacho simple con su escritorio y ordenador, una caja fuerte<br />
acoplada en la pared y un armario archivador donde guardo<br />
toda la documentación y el papeleo, cerrado con llave.<br />
-¿Te pongo algo más?- me pregunta Gilly al ver que he<br />
dejado el plato impoluto.<br />
-No gracias, ya estoy saciado.- le sonrío.<br />
Cojo la copa de vino y la botella y me dirijo al salón, hoy no<br />
tengo ganas de mambo así que veré la televisión antes de irme<br />
a la cama, espero que pongan algo interesante para ver.<br />
23<br />
<br />
Enciendo y hago zapping hasta que doy con una noticia que<br />
me sorprende y me provoca carcajadas. La interesante y<br />
excitante Laura Brooks es abordada a la salida de su trabajo<br />
por un gran número de reporteros.<br />
“-¡Que no voy a decir nada, no soy un personaje!”<br />
“-¿Laura es cierto que Troy Benson vino a verte para<br />
hablar del artículo?”<br />
“-¡Dejadme por favor!”<br />
-Donde las dan las toman.- digo sonriente mientras bebo<br />
más vino.<br />
Pero verla hace que aumente mi excitación e interés por<br />
ella. ¡Dios, tengo que volver a verla!<br />
Estoy concentrando mirando a Laura montarse en un taxi<br />
cuando el teléfono de casa me desconcentra.<br />
-¿Sí?- descuelgo.<br />
-Troy soy yo.<br />
-¡Drew, joder quería llamarte pero se me va la cabeza!<br />
-¿Ibas a avisarme sobre los periodistas?<br />
-Sí. ¿Ya están dándote la murga?<br />
-Un poco pero nada que no pueda controlar. No pensé que<br />
por nombrarte Empresario del Año se armaría este revuelo.<br />
-No es solo eso, una revista ha sacado un artículo de<br />
bastante mal gusto en el que sales nombrado y eso ha soltado<br />
la carnaza para estas hienas. Hoy fui a hablar con la que lo<br />
escribió y le dije que rectificara o acabaríamos en los<br />
tribunales.<br />
-¡Vaya!- exclama.<br />
-Espero que lo haga porque me temo que no es demandable,<br />
algunas cosas que dice son verdad pero eso no se lo iba a<br />
decir.- le confieso.<br />
-Bueno al menos con tu visita has conseguido que a ella<br />
también la atosiguen.<br />
-Sí.- rompo a reír.- ¿La has visto?<br />
24<br />
<br />
-¡Hum! Como para no verla... está buena.<br />
Continúo riendo con el comentario de Drew más que nada<br />
porque tiene razón.<br />
-Pero seguro que tú ya le tienes el ojo echado.- sigue<br />
diciendo.<br />
-Bueno... quizá... - intento no parecer tan interesado.<br />
-No te hagas el desinteresado conmigo Troy que te conozco<br />
muy bien. Ve por ella, no lo dudes. Apuesto que en cuanto te<br />
vio en persona se le cayeron las bragas al suelo.- comenta<br />
jocoso.<br />
-¡Joder, qué bruto!- río de nuevo.- Pero te mantendré<br />
informado.- termino por decirle.<br />
-Bueno y aparte de tu visita a la periodista macizorra ¿qué<br />
has hecho hoy?<br />
-Pues he cerrado un gran trato con el Señor Meyer.<br />
-¿Ah sí?<br />
-Sí, nos compra el vino espumoso a un precio superior al<br />
que podíamos pedirle pero no sé que me pasó... vino con dos<br />
prototipos a tiburones empresariales y... sentía que me miraban<br />
incrédulos de como un chaval como yo podía ser el gran<br />
empresario del que tanto hablan y eso me jodió... me jodió<br />
muchísimo y quise darles en los morros.<br />
-Bueno no te preocupes, el Señor Meyer se lo puede<br />
permitir... además estoy seguro que el vino se merece lo que<br />
van a pagar.<br />
-La verdad es que sí, está muy bueno... muy suave... se bebe<br />
como el agua.<br />
-Tengo ganas de probarlo.- dice ansioso.<br />
-Ya te voy a mandar un par de botellas.- le digo.<br />
-Mejor traelas para mi graduación... así brindamos.<br />
-¡Genial, claro que sí! ¿Es en dos semanas no?<br />
-Sí, cae viernes...- suena un timbre.- Es Kith, nos vamos a<br />
tomar unas cañas.<br />
-Vale, pasalo bien. ¿Oye, necesitas dinero o algo?- me<br />
pongo en plan hermano mayor.<br />
25<br />
<br />
debes preocuparte tanto por mí.<br />
-¡Ais!- suspiro.- Lo sé, perdona, a veces soy muy pedante.<br />
-Venga que no pasa nada, que duermas bien y ya sabes que<br />
en caso de... llámame sin problemas.<br />
-Confío en que hoy dormiré bien.- le contesto a sabiendas<br />
que se refiere a las pesadillas.- Saluda de mi parte a Kith.<br />
-Vale, hasta mañana hermano.<br />
-Hasta mañana hermano.- me despido y cuelgo.<br />
A veces pienso en que si nuestra infancia no hubiese sido<br />
tan terrible, nuestros lazos fraternales no serían así de fuertes.<br />
Dejo el teléfono en la carga de batería y apagando la tele me<br />
dirijo a la cocina a dejar la copa y la botella de vino que con la<br />
tontería me la he bebido entera. Me dispongo a salir de la<br />
cocina cuando de la ventana veo que Claus y Gilly están<br />
bailando en la casa de invitados. Absorto los observo moverse<br />
al compás de alguna canción lenta, sonriéndose mutuamente.<br />
Ella apoya sus manos en los hombros de él y después la<br />
mejilla al pecho. Él la rodea con sus brazos y posa su barbilla<br />
en la cabeza de ella. Todo sin dejar de balancearse. Se les ve<br />
tan felices, yo quiero ser igual de feliz. Agito la cabeza para no<br />
entristecer y pasándome las manos por el pelo marcho a mi<br />
habitación.<br />
26<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01341359298686067830noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7552492156403399179.post-55900564319652014652014-02-23T11:14:00.000-08:002014-02-26T06:28:12.455-08:00EN LÍNEA CON AMBER<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<h2 style="clear: both; text-align: center;">
EN LÍNEA CON AMBER</h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcMEDLa9PuIJEfvr8kGzGOu5P8D-6kZScj6FoZ_lL6TO2iyhl-HNRyMTCTVNj_DtRaz2FyxHtbm2FShxcnRA6QJnS62FXKgV_iTY3hDxZrrbxd5YXMCAtMOp6eA9h7aMiRvn9HGgsbvmM/s1600/cropped-portada-en-lc3adnea-con-amber.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcMEDLa9PuIJEfvr8kGzGOu5P8D-6kZScj6FoZ_lL6TO2iyhl-HNRyMTCTVNj_DtRaz2FyxHtbm2FShxcnRA6QJnS62FXKgV_iTY3hDxZrrbxd5YXMCAtMOp6eA9h7aMiRvn9HGgsbvmM/s1600/cropped-portada-en-lc3adnea-con-amber.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<br />
<h2>
<br />CAPÍTULO 1</h2>
Detengo la película del ordenador, dejo el bol de palomitas<br />
sobre la mesa, doy un trago de agua para aclararme la boca y<br />
me coloco el auricular inalámbrico en la oreja para contestar la<br />
llamada.<br />
-Hola guapo, estás en línea con Amber, ¿cómo te llamas?<br />
-Eh... Rudy.- contesta una voz masculina algo afónica, como<br />
de hombre entrado en años.<br />
-Hola Rudy, dime lo que quieres.<br />
-¿Qué llevas puesto?<br />
Bajo la vista a mi pantalón amplio de chándal y mi camiseta<br />
blanca de tirantes.<br />
-Un pequeño y fino tanga negro, y un sujetador a juego que<br />
me aprieta las tetas.<br />
Llevo en esto lo suficiente como para saber lo que hacer.<br />
-¿Y tacones?- pregunta el interlocutor.<br />
-Rojos, brillantes y de veinte centímetros.- contesto mientras<br />
me deshago de los calcetines y cojo unos tacones que tengo a<br />
mano para estos casos fetichistas.<br />
Hay que saber reaccionar en este trabajo y captar la voluntad<br />
del cliente. Me pongo los zapatos negros y doy un leve taconeo<br />
para que lo escuche.<br />
Rudy acelera la respiración y jadea. Sí, se está masturbando.<br />
-¿Qué número usas?- pregunta.<br />
-Un treinta y siete.<br />
-Sí.- jadea.- Quiero que me pises con ellos.<br />
-Umm... claro. Desnúdate y túmbate en el suelo, vas a ser mi<br />
alfombra.<br />
-Sí.- vuelve a jadear excitado.<br />
1<br />
<br />
<br />
Me levanto de la silla ergonómica y camino un poco por mi<br />
habitación. El suelo es de madera y resuena bastante. Espero<br />
que no estén los vecinos de abajo.<br />
-Ahora piso tu culo.- le digo.<br />
-Sí.- jadea.<br />
-Mientras me toco. ¡Oh!- gimo.<br />
Rudy emite un gemido y percibo el leve sonido de la masturbación<br />
al otro lado de la línea. Una especie de “clo clo clo”.<br />
-Y voy subiendo poco a poco por tu espalda, clavándote el<br />
tacón y dejándote unas marcas que no se irán en varios días.<br />
Mi cliente exhala y gime una vez más.<br />
-Y te azoto.- digo.<br />
Me golpeo con la mano derecha el antebrazo izquierdo varias<br />
veces, como si fuera en su culo.<br />
Vuelvo a sentarme en la silla y me autogolpeo un par de veces<br />
más.<br />
-Ponte a cuatro patas.- ordeno.<br />
-Sí.<br />
-Voy a meterte el tacón por el culo.<br />
Rudy gime en señal de que le gusta la idea. Ya lo sabía.<br />
Monté este negocio particular hace siete meses, desde que el<br />
dueño del restaurante donde trabajaba como camarera me echó<br />
a la calle sin previo aviso. ¿Cómo se me ocurrió montar una línea<br />
erótica? Pues la verdad que la gente siempre me ha dicho<br />
que tengo una voz muy bonita, muy sexy, sugerente, que valdría<br />
para la radio. Entrar en ese medio de comunicación es muy<br />
difícil, por eso me he montado esto... de momento.<br />
La primera regla en un negocio como éste es no colgar tú<br />
sino el cliente y alargar lo más que puedas la llamada. Cuanto<br />
más minutos, más dinero. Pero en este caso, en doce minutos y<br />
veintiséis segundos se ha corrido y yo he fingido el orgasmo.<br />
Me basta y me sobra. Le agradezco la llamada y cuelgo. Estoy<br />
2<br />
<br />
con la regla y me duelen los ovarios.<br />
Me quito el auricular, los tacones y resoplo mientras me recuesto<br />
en la silla.<br />
Rachel empieza a reír desde la puerta de mi habitación y me<br />
giro hacia ella.<br />
-Ya te he dicho que no me gusta que me espíes cuando trabajo.-<br />
le reprendo.<br />
-¡Ay chica!- exclama y vuelve a reír.- No entiendo como<br />
puedes hacer esto, lo de meterle el tacón por el culo me ha matado.<br />
Vuelve a estallar en risas y cómo no, me contagia. La verdad<br />
que tiene razón, pero éste hombre no era de los más raros a los<br />
que he atendido.<br />
Rachel se deja caer sobre mi cama y yo lo hago junto a ella.<br />
Es mi mejor amiga y vivimos juntas desde que teníamos dieciocho<br />
años, es decir desde hace... ocho años.<br />
¡Caray, cómo pasa el tiempo!<br />
Las dos somos del mismo pueblo de Montana y ambas nos<br />
marchamos cuando terminamos el instituto. Queríamos irnos<br />
de aquél pueblo diminuto donde o sales de joven u olvídate de<br />
hacerlo, y no aspirábamos a pasar por cuatro o cinco años de<br />
carrera universitaria. Nuestras familias se negaron pero eso no<br />
impidió que nos fugáramos una noche y estuviéramos los tres<br />
primeros años llamando a casa para asegurarles que estábamos<br />
bien pero sin decirles dónde nos encontrábamos. Eso hizo que<br />
la policía no entrara en acción.<br />
Nos vinimos aquí, a Seattle, a la ciudad de la Aguja Espacial,<br />
a la ciudad de los Ferrys, y vivimos en un tercer piso de<br />
tres habitaciones, un baño y el salón con la cocina cerrada. Nos<br />
costó mucho sudor y esfuerzo conseguirlo. A mí horas y horas<br />
trabajando en restaurantes de comida rápida, a Rachel, horas y<br />
horas de cajera en supermercados.<br />
3<br />
<br />
Con el paso de los años yo me ido dando cuenta que me va<br />
el tema hostelería, ya sea cocina o bar. A Rachel le va la alfarería<br />
desde pequeña; fue ver Ghost y quedar prendada de la<br />
historia de amor, de Patrick Swayze, de la magnífica escena<br />
con el barro, de la banda sonora... y de la quiromancia también.<br />
La verdad que tiene mucho talento, su taller está en la tercera<br />
habitación del piso y ha conseguido vender varias de sus<br />
obras.<br />
Rachel es morena de ojos verdes y yo soy castaña de ojos<br />
caramelo claro. Ambas de pelo largo y liso, de estatura similar,<br />
(metro sesenta y ocho) y muy monas. Siempre hemos tenido éxito<br />
con el género masculino y no nos podemos quejar.<br />
¡Estamos cañón! ¡Y solteras!<br />
Reímos sobre mi cama mientras le cuento las cosas más sórdidas<br />
que he oído y dicho a través de la línea erótica, cuando el<br />
teléfono se pone a sonar de nuevo.<br />
Me levanto corriendo, me siento en la silla y mientras me<br />
coloco el auricular, apoyo los pies sobre la mesa.<br />
-Déjame quedarme, te prometo que no me río y no te molesto.-<br />
pide Rachel mientras coge de mi mesa las palomitas.<br />
-Pero nada de ruido.- le advierto.<br />
-Sí.<br />
Se sienta en mi cama con las piernas cruzadas y yo contesto.<br />
-Hola guapo, estás en línea con Amber, ¿cómo te llamas?<br />
Suelo poner una voz algo más... porno, por así decirlo.<br />
-Hola Amber, me llamo Víctor.- contesta una voz gruesa que<br />
me pone los pelos de punta... ¡y los pezones!<br />
Bajo las piernas de la mesa y casi me quedo sin respiración.<br />
No suelo dar con este tipo de voces tan sexys y me imagino a<br />
un tío cachas, joven, inteligente y guapo a rabiar.<br />
-Víctor.- digo intentando no suspirar.- ¿Qué deseas de mí?<br />
Rachel se ha quedado con un puñado de palomitas cerca de<br />
4<br />
<br />
la boca y yo me abanico con la mano, dándole a entender que<br />
esa voz me gusta.<br />
-Sinceramente es la primera vez que llamo a algo de este estilo.-<br />
contesta con un suspiro.<br />
-¿Y qué te ha hecho cambiar de opinión?<br />
Víctor silencia pero no cuelga.<br />
-Estoy un poco indeciso porque voy a pedirte algo que lo<br />
más probable nadie te haya pedido.- dice al fin.<br />
-Créeme, me han pedido casi de todo.- contesto.<br />
Rachel arquea una ceja.<br />
-¿Sueles quedar con clientes?<br />
Me levanto del sitio, agito las manos al aire y me vuelvo a<br />
sentar. Rachel me mira más extrañada aún.<br />
¿Me ha pedido que quede con él?<br />
-Tienes razón, quedar con un cliente no me lo ha pedido nadie.-<br />
digo en alto para que mi amiga se entere.<br />
Ella se incorpora en la cama y niega con ambas manos. Sí, sé<br />
que es una locura.<br />
-No está dentro de nuestra política de empresa, además aquí<br />
no damos ese tipo de servicio.- añado.<br />
-Lo sé, lo imagino. En realidad no sería un cliente.<br />
-¿Explícate?- me intrigo.<br />
-Verás, tengo un amigo que está bajo de moral, muy deprimido<br />
y muy triste. Ha salido de una relación recientemente y la<br />
ex se va a casar este mes de Julio. Sí, lo que oyes, lo dejaron en<br />
Mayo y dos meses después se casa con otro. La muy bruja, como<br />
todos somos del mismo grupo de amigos, le ha invitado a la<br />
boda.<br />
Arqueo las cejas ante lo zorra que es esa tía.<br />
-Y había pensado si, no sé, tú podrías quedar con él y... levantarle<br />
un poco el ánimo.<br />
-Te he dicho que aquí no hacemos ese tipo de servicio. Estás<br />
5<br />
<br />
buscando una prostituta.<br />
Rachel abre la boca y me hace con los dedos que corte la llamada.<br />
-No busco una puta.- dice él.- Busco una chica que finja coquetear<br />
con él y le haga olvidar a su ex.<br />
-Eso es una actriz, tampoco hacemos ese servicio.<br />
Aunque esté sola en esto, me gusta pluralizar como si fuéramos<br />
una gran empresa. Me da seguridad.<br />
-Eres dura de pelar, ¿eh?- dice y se ríe levemente.<br />
Con esta voz debe estar... ¡muy bueno!<br />
-Te lo voy a dejar claro. Te quiero a ti, me gusta tu voz y yo<br />
diría que eres muy atractiva. Si te he llamado es porque he oído<br />
hablar de ti, Amber, hablar muy bien. Cumplir las fantasías de<br />
tantos hombres... Se podría decir que eres como una Diosa. Afrodita.-<br />
susurra erizándome más la piel.<br />
Sonrío y miro a Rachel. Ésta mueve la cabeza queriendo saber<br />
que me está diciendo Víctor.<br />
El timbre de casa suena y yo cubro el micrófono del auricular.<br />
Después frunzo el ceño y acribillo con la mirada a mi<br />
amiga que ha dejado la puerta abierta. Rachel se levanta y marcha<br />
corriendo a abrir, no sin antes cerrar la puerta tras ella.<br />
-¿Qué ha sido eso?- pregunta Víctor.<br />
-Emm, mi vibrador.- miento.- Que ya ha llegado a la temperatura<br />
que me gusta.<br />
-Umm, ¿te gusta caliente?<br />
-Me gusta frío.- musito seductora.<br />
-Uff.- exhala él.- Me la has puesto dura. Ahora entiendo que<br />
tengas tanto éxito.<br />
La verdad que no me puedo quejar. Me va muy bien.<br />
-Bueno, entonces, ¿qué me dices?<br />
-¿A lo de tu amigo?<br />
-Sí.<br />
6<br />
<br />
<br />
-No lo sé.<br />
-Te pago ahora mismo cinco mil dólares y cada semana que<br />
pases con él aumentaré mil dólares más. Tienes que estar mínimo<br />
hasta la boda, en cuatro semanas. Y lo que hagas con él es<br />
cosa tuya.<br />
Los ojos casi se me salen de las órbitas.<br />
¡Eso es un dineral!<br />
Podría alquilarme un restaurante pequeño y empezar a hacer<br />
lo que a mi me gusta.<br />
-¿Puedo pensármelo?- pregunto.<br />
-En dos horas te vuelvo a llamar.<br />
Cuelga y me quedo alucinando. ¿Es posible que este tío esté<br />
dispuesto a pagarme NUEVE MIL DÓLARES por coquetear<br />
con un amigo suyo? ¿O realmente espera que me acueste con<br />
él?<br />
Me quito el auricular, lo dejo sobre la mesa y sigo sentada<br />
pensando en la oferta.<br />
La puerta de mi cuarto se abre y me vuelvo. Rachel asoma la<br />
cabeza.<br />
-Amber, guarda el chiringuito que han venido los chicos.<br />
-¿Otra vez?- me quejo.<br />
-Sí, y han traído pizzas y cervezas, así que arréglate un poco<br />
y sal.<br />
Mi amiga cierra la puerta y yo bufo asqueada.<br />
En tejanos, camiseta de tirantes y sandalias, salgo al salón<br />
para encontrarme con Austin y Bruce. Nuestros vecinos roqueros<br />
del primero y que una noche salimos con ellos llegando incluso<br />
a liarnos.<br />
Son un par de años mayores que nosotras, siempre visten<br />
como viejas glorias del rock y aunque sean guapetes, a mi me<br />
aburren como una ostra. Rachel y Bruce siguen con el tonteo<br />
que hubo en su día y por eso suelen venir muy a menudo a ca-<br />
7<br />
<br />
sa. El problema es que Austin espera lo mismo de mí, cosa que<br />
ni loca vuelvo a caer en ese error.<br />
Rachel está tirada en uno de los sofás con las piernas sobre<br />
Bruce. Austin se encuentra en el otro sofá donde me tendré que<br />
poner yo. Saludo y me acomodo en la esquina, lo más lejos<br />
posible de mi vecino.<br />
Los tres están bebiendo cervezas y antes de que pueda inclinarme<br />
para coger una, Austin se adelanta, la abre y me la entrega.<br />
-Gracias.- le digo.<br />
Levanto el botellín hacia él y bebo.<br />
-¿Cómo te va todo, Amber?- pregunta.<br />
-Bastante bien, ¿y a ti?<br />
Austin se pasa la mano por su pelo rubio oscuro y apoya el<br />
brazo en el respaldo del sofá para quedar frente a mí. La barba<br />
de una semana y las ojeras le dan un aspecto desastroso.<br />
-Bien, por fin ha pasado la semana del turno de noche. Son<br />
mortales.- dice sonriente.<br />
La verdad que no sé a qué se dedican los dos. Han hablado<br />
de ello varias veces pero como no me interesa, supongo que mi<br />
cerebro lo suprime.<br />
Rachel y Bruce ríen y tontean a nuestro lado sumergidos en<br />
su mundo. Le he dicho varias veces a mi amiga que no lo haga<br />
ya que me pone en una situación incómoda pero está visto que<br />
le importa un pimiento.<br />
Cojo una porción de pizza y Austin también lo hace para<br />
después sentarse más cerca mía. Siempre hace lo mismo, se acerca<br />
para intentar algo que no va a conseguir.<br />
Enciendo el televisor, subo el volumen lo suficiente como<br />
para cortar el tonteo de Rachel y Bruce, y sigo comiendo y bebiendo.<br />
-Amber, ¿te has quedado sorda o qué?- comenta Rachel.<br />
8<br />
<br />
Fulmino a mi querida amiga con la mirada y no le lanzo la<br />
porción de pizza porque tengo hambre sino...<br />
-Pues un poco sí.- contesto y le saco la lengua.<br />
Rachel se ríe y vuelve a pasar el brazo alrededor del cuello<br />
de Bruce.<br />
Austin resopla y percibo cierto movimiento de sofá.<br />
-Voy a por servilletas.- digo.<br />
Me levanto fugaz del sofá y marcho a la cocina. Necesito un<br />
poco de margen, hoy Austin parece más ansioso de lo normal y<br />
como siga así voy a tener que darle el corte del siglo.<br />
Camino por la cocina de dos metros cuadrados con las servilletas<br />
en las manos. De vez en cuando me asomo parcialmente<br />
a la puerta y veo el cogote de Austin. El cabrón ha aprovechado<br />
mi ausencia para cruzar la línea de mi zona. Si ahora me siento,<br />
ya sea a su derecha o izquierda, por narices voy a quedar junto<br />
a él.<br />
¡¿Qué hago?!<br />
Me apoyo en la encimera de mármol negro y resoplo. La<br />
puerta semicerrada de la cocina chirría un poco al abrirse y a<br />
mí se me para el corazón al pensar que es Austin. Puedo respirar<br />
cuando veo que es mi compi.<br />
-¡Dios, qué susto!- bufo.<br />
-¿Se puede saber qué haces?- murmura acercándose.<br />
Agito los brazos y las servilletas de papel desesperada y medio<br />
loca, y señalo al exterior de la cocina, al salón.<br />
-Pero, ¿tú le has visto?- gruño bajo para que no me oigan los<br />
chicos.- Rachel, te he dicho mil veces que no quiero nada con<br />
Austin y estoy harta de que cada vez que venga intente hacer<br />
algo. ¿Qué quieres que haga? ¿Le doy con una sartén en la cabeza?<br />
-Que alarmista eres. Pues dile que no te interesa en ese aspecto,<br />
no es tonto, lo entenderá.<br />
9<br />
<br />
<br />
Frunzo el ceño hacia mi amiga y pienso en si lo mejor sería<br />
darle a ella con la sartén.<br />
-Se lo he dicho por activa y por pasiva.- comento.<br />
-¿Y qué vas a hacer? ¿Quedarte aquí toda la noche?<br />
Bufo y me paso la mano por el pelo estresada.<br />
-No.- respondo sonriente.- Te vas a sentar tú al lado de Austin.<br />
-¿Qué?<br />
Doy un trago a mi cerveza, sonriente, mientras veo la televisión<br />
junto a Bruce. Aún sigo sin poder creerme cómo he podido<br />
tardar tanto tiempo en hacer esto. Me he librado del pesado de<br />
Austin y de los continuos refroteos sexuales de Rachel y Bruce.<br />
¡Esto es el paraíso!<br />
Aunque mi amiga esté dos días sin hablarme.<br />
Tanta cerveza me ha dado ganas de hacer pis. Me levanto y<br />
casi tambaleándome recorro el corto pasillo hacia el baño.<br />
¿Estoy borracha?<br />
Enciendo la luz y al verme reflejada en el espejo abro la boca<br />
asombrada, porque sí, parece que acabo de llegar de party.<br />
Hago mi necesidad, me lavo las manos y la cara, me lavo los<br />
dientes y me peino un poco. Me arreglo la camiseta de tirantes<br />
que no sé cómo ha dejado a la vista mi sujetador rojo y salgo<br />
de nuevo al salón, aunque solo tengo ganas de irme a dormir.<br />
Espero que nuestros vecinos se marchen enseguida.<br />
Me cuesta enfocar un poco debido al alcohol que llevo en<br />
sangre y la oscuridad del salón, que solo se ve interrumpida por<br />
la luz de la tele, pero me detengo en el acto cuando no veo ni a<br />
mi compañera ni a Bruce en el salón.<br />
¿Dónde están?<br />
-¿Dónde están?- pregunto a Austin.<br />
10<br />
<br />
<br />
Mi vecino se gira sonriente hacia mí y me señala el pasillo.<br />
¿Se han ido al cuarto?<br />
¡Lo que me faltaba!<br />
-Nos han dejado solos.- susurra en un tono casi obsceno.<br />
Me llevo las manos a la cabeza y digo lo que toda mujer.<br />
-Me duele la cabeza, creo que me voy a dormir.<br />
-¿Ya?<br />
Austin se levanta como un resorte del sofá y camina hacia<br />
mí.<br />
¡No, que no tengo una sartén a mano!<br />
Mi vecino es alto pero esta noche lo parece más y da la sensación<br />
que se cierne sobre mí como una fiera salvaje.<br />
-No puedes irte todavía, Amber.<br />
-Austin.- digo y me sale un hipo. ¡Qué casualidad!- Te he dicho<br />
varias veces que lo que pasó, pasó, no se va a repetir, deberías<br />
dejar de intentarlo.<br />
-El que la sigue la consigue.- comenta jovial.<br />
-Lo que consigue es un sartenazo.- aclaro.<br />
Él chico se carcajea y sigue acercándose.<br />
-Ya nos hemos acostado una vez, ¿por qué no repetir? ¿no lo<br />
pasaste bien?<br />
Sube las manos a mi rostro y yo retrocedo hasta toparme con<br />
la pared. Austin apoya las manos a cada lado de mi cabeza y ladea<br />
la suya.<br />
-Me gustas, Amber. ¿Es que no te has dado cuenta? ¿Que no<br />
puedo dejar de pensar en ti? ¿Que cada vez que te veo se me alegra<br />
hasta el día más negro? ¿Que para mí fue mucho más que<br />
un polvo pasajero? ¿Qué puedo hacer para que me des una oportunidad?<br />
Dímelo y lo haré.<br />
Mi mente se satura ante semejante despliegue y Austin aprovecha<br />
mi bloqueo para acercarse a besarme. Sus carnosos labios<br />
bailan sobre los míos lentamente y su barba me rasca la<br />
11<br />
<br />
cara. Estoy completamente bloqueada. No puedo moverme.<br />
La impulsividad de mi vecino me levanta el rostro, para tener<br />
más ángulo, y su boca se vuelve más ansiosa.<br />
Sus labios son los únicos que me tocan y cuando su lengua<br />
accede a mí, reacciono como si despertara de una pesadilla y le<br />
aparto la cara.<br />
-Austin, no.- murmuro.<br />
Él pega la nariz a mi pelo e inspira fuerte.<br />
-Estoy loco por ti.- susurra.- Completamente loco por ti.<br />
Cierro los ojos y me lamento de aquella vez que nos liamos.<br />
Esto es peor que un simple calentón. Tiene sentimientos hacia<br />
mí, sentimientos no correspondidos.<br />
-Austin, estoy bebida y no me encuentro bien. Por favor, vete<br />
a casa.<br />
Él frota su cara en mi pelo, como si quisiera impregnarse de<br />
mi aroma para no olvidarlo nunca.<br />
-Dame una oportunidad, concédeme una cita.<br />
-Déjame que lo piense.<br />
Su aliento me golpea en la oreja cuando ríe.<br />
-De acuerdo.- responde al cabo de unos segundos.<br />
Aparta su cabeza de la mía, toma mi rostro entre sus grandes<br />
y ásperas manos, y vuelve mi cara hacia él. Después desliza los<br />
pulgares e índices por mis cejas, pómulos, nariz, orejas, mentón,<br />
barbilla y labios.<br />
-Eres tan bonita.- suspira encandilado.- Preciosa.<br />
Vuelve a pegar sus labios en los míos y me da un tierno, breve<br />
y suave beso. Apoya la frente en la mía y jadea.<br />
-Soy un buen tío.- comenta y se aparta.<br />
Empieza a retroceder lentamente hacia la salida sin dejar de<br />
mirarme. Yo también le miro y solo deseo que salga ya de mi<br />
casa.<br />
-Soy un buen tío, Amber.- repite y cierra la puerta.<br />
12<br />
<br />
<br />
<br />
Suspiro de alivio y corro para echar el cerrojo. Después apago<br />
la tele y me voy a mi cuarto que también cierro de pestillo,<br />
por si acaso.<br />
Me siento en la cama y apoyo la cabeza en las manos.<br />
¡Menudo marrón tengo encima!<br />
Boto del susto cuando el teléfono del trabajo empieza a sonar.<br />
¡Agg, no estoy en condiciones para atender la línea!<br />
Me levanto para desconectarla y entonces recuerdo la oferta<br />
que me hizo el cliente de antes y que quedó en llamarme después.<br />
Introduzco rápido el auricular en mi oído y contesto.<br />
-Hola guapo, estás en línea con Amber, ¿qué deseas?<br />
-Soy yo, Víctor, ¿te acuerdas de mí?- dice con esa voz tan<br />
sexy que eriza cada centímetro de mi piel.<br />
-¿Cómo olvidarte? No todos los días un cliente me propone<br />
quedar con un amigo suyo.<br />
-¿Y bien?<br />
Miro la pequeña lámpara de mi mesilla, lámpara que me hizo<br />
Rachel en su taller, y agito la cabeza.<br />
¡Son nueve mil dólares!<br />
-Acepto.- contesto.<br />
13<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01341359298686067830noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-7552492156403399179.post-84416292239339013082014-02-23T11:12:00.000-08:002014-02-26T05:35:41.426-08:00Ávaro Ganuza Escritor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIiIEnsf9ZCdvsNrcEN3P_fYb89eSdklBwZLqTmhyphenhyphenkroVE89KLk5hGfRMc8zQN45xUeQhWMN-g6uZuaV-fT6QzgI48CesfSQprjAxNou2AbWX-QGDnxbA721DkIE9w0BtgA3212T6eZXI/s1600/1902977_727146810650204_1084522809_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIiIEnsf9ZCdvsNrcEN3P_fYb89eSdklBwZLqTmhyphenhyphenkroVE89KLk5hGfRMc8zQN45xUeQhWMN-g6uZuaV-fT6QzgI48CesfSQprjAxNou2AbWX-QGDnxbA721DkIE9w0BtgA3212T6eZXI/s1600/1902977_727146810650204_1084522809_n.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
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<h1 style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 21px;">
Álvaro Ganuza Escritor</h1>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
El escritor Álvaro Ganuza</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
Nace en Pamplona e 5 de septiembre de 1984</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
hoy en día vive en un pueblo pequeño pueblo de Navarra.</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
De pequeño sí que solía escribir pero nunca le dio por estudiar literatura.</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
Ahora me he dado cuenta que es su gran pasión y quiero llegar a ser un gran escritor.</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
Es un chico romántico y aunque el trasfondo de sus novelas es el romance, le gusta escribir todo tipo de género.</div>
<div style="color: #333333; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14.44444465637207px; line-height: 21px; margin-bottom: 1.3em;">
Sus novelas.<br />
El Elegido,batalla entre clanes.<br />
Red Nights.<br />
El pacto de la sirena<br />
Soy Mujer y soy Wahari<br />
En linea con AMBER.<br />
El Vals del placer.<br />
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01341359298686067830noreply@blogger.com0